El mes de noviembre invita al “peli, manta y sofá…” y lo que surja. Así que comencemos: pongámonos las gafas de crítica cinéfila y desmenucemos la película…digo, la pregunta😉.
Seamos hombres o mujeres, es importante tener una conciencia crítica al ver cine tanto erótico como pornográfico:
• Ser conscientes que muchas de estas películas colocan a la mujer en un papel poco realista e incluso como objeto sexual.
• Saber que lo que estamos viendo, pueden ser situaciones que llevadas a la práctica o no son satisfactorias o incluso son ilegales.
Por otro lado, hay hombres que no se quedan atrás y les puede pasar lo mismo: no sentirse reconocidos en ese deseo y/o modelo sexual que el porno comercial les impone. Llegando a cuestionarse si a ellos, su “virilidad” y a su deseo sexual les ocurre algo.
Insisto en que es necesario distinguir y tener claro que lo que vemos, no tiene que ser la realidad.
Por eso, al usar sobre todo, la pornografía como único medio de información sexual, nos creemos que determinadas acciones, o prácticas sexuales son las que debemos de realizar para que nuestra vida sexual sea satisfactoria.
Esto es un gran error. De ahí la importancia de una buena educación sexual desde pequeños/as para entender que la sexualidad no es sólo lo que vemos en Internet.
La mayoría del cine erótico y pornográfico (que no es lo mismo), está orientado al hombre y para el hombre. Pero poco a poco, muchas directoras están encontrando su espacio en este terreno, dando una visión diferente y ofreciéndonos otras alternativas.
Si no hablamos de pornografía como tal, nos podemos encontrar con directoras como Leticia Dolera. En su serie “Vida Perfecta”, muestra de una manera muy natural escenas que podríamos considerar eróticas. En ellas se visiona la sexualidad de la mujer y la sexualidad en general desde, y esta es mi opinión personal, una manera natural, amplia, integradora y no sesgada.
Si hablamos del cine porno, están las directoras del para mi, mal llamado “Porno para mujeres”. Y digo mal llamado, ya que creo que en realidad es para todas aquellas personas cansadas del porno comercial y/o que simplemente no quieren consumir lo que la industria nos impone.
Erika Lust, Candida Royalle, Anna Span, Annie Sprinkley o Petra Joy, son algunas de esas directoras. Muchas de ellas se las incluye en el llamado “Porno Feminista”.
Como dice Gabriela MDA en su artículo “5 mujeres que están revolucionando la industria del porno”, este tipo de porno defiende que “no es una categoría más del tradicional dedicado al público femenino. En realidad, es una forma de erotismo en el cual los personajes, ya sean mujeres u hombres, son tratados como sujetos en vez de objetos sexuales.” A su vez, tienen en cuenta que “el porno feminista no asume la existencia de una única audiencia femenina, sino que reconoce la diversidad de espectadores con múltiples gustos y preferencias.”
Como para gusto están los colores, estas directoras, como el resto de sus compañeros, tienen su estilo propio a la hora de crear. Nos podemos encontrar con directoras que cuidan mucho la estética, otras que incluyen carga dramática, e incluso películas que retratan situaciones sensuales y en ocasiones cómicas.
Podemos descubrir en sus obras estilos que pertenecen al género más comercial, así como otras directoras que se centran más en los cinco sentidos, dando mucha importancia a la interpretación, la música y el realismo en las escenas. Pero siempre con una mirada global a los sujetos, y no tratándoles como objetos.
Tenemos: porno hippie, porno lésbico, fetichista, bondage, erótica para parejas, feminista, artístico etc. Vamos, todo un mundo a nuestra disposición, que poco a poco se va abriendo camino en una industria muy marcada por la visión masculina y consumista.
Una industria que siempre nos vende las mismas prácticas sexuales con alguna variante: sexo oral de ella a él/ellos, sexo anal y vaginal, y variaciones de esto mismo. En resumen: todo muy coito-centrista y genital, dirigida principalmente al hombre.
Este nuevo concepto de pornografía y sus directoras tienen mucho camino por delante, pero es todo un logro, no sólo para las mujeres, sino para todas aquellas personas que no quieren consumir lo que nos imponen o no se sienten que el porno comercial actual sea para ellos/as.
Como siempre, en la pareja, es importante respetar al otro/a. Su necesidad de deseo, su objetivo con el deseo.
Es decir, que yo al ver una película erótica me excite y aumente mi deseo, no significa ni que a la otra persona le pase lo mismo, ni quiera hacer lo que aparece en la película o escena, o simplemente ni siquiera se excite y active su deseo.
Puede pasar que mi pareja, al verla, no quiera o no pueda seguir alimentando ese deseo y la excitación que le produce. Por ejemplo: porque se sienta mal anímicamente, porque la situación no es la apropiada al estar en un cine o con más gente O simplemente, valora que tiene que hacer algo que considera más importante, como una reunión de trabajo.
Diferenciar la realidad de la ficción y tener siempre muy presente lo que la otra persona quiere y necesita, es otra clave.
De nuevo, tener claro, que determinadas prácticas y situaciones están marcadas por lo que el director/a de la película quiere. Es decir, el porno es fantasía y muchas de esas escenas dirigidas, no sucederán igual en la vida real, o si suceden pueden que no sean tan satisfactorias como creíamos.
Por ejemplo: el NO usar preservativo, como pasa en muchas escenas del porno, es una práctica de riesgo para la pareja, siempre que se realice con una persona que no sabemos cómo está en dicho aspecto.
Como todo en esta vida: la clave está el uso y no en el abuso.
Es importante, no quedarnos sólo con esta herramienta, sino ampliar nuestra erótica usando otras estrategias como la lectura, los relatos, la imaginación, la erotización de nuestros sentidos…
Cuantos más recursos tengamos, más rica será nuestra clave erótica para nosotros/as y para compartir.
Los medios visuales son unas herramientas fantásticas, siempre que tengamos en cuenta todos estos aspectos: biológicos, emocionales y sociales que nos rodean. De esta manera podremos hacer un buen uso para conseguir el efecto deseado.
Ver cine erótico en pareja nos puede ayudar a avivar ese deseo y excitación, fomentarlo, incorporar nuevas ideas, cultivarlo y cuidarlo. Con éstas y otras herramientas, como pueden ser los relatos eróticos, los juegos eróticos, etc., podremos mantener nuestro deseo sexual en forma.
Pues siempre digo: para tener ganas de sexo hay que pensar en sexo. Así que como este artículo va de ver cine erótico en pareja:
¿Qué te parece si acuerdas con tu pareja reservar un día para una cena diferente?
¿Y si creas un ambiente agradable e incluso erótico?
Poneos cómodos/as pero no descuidados/as: 👀 que por la vista entra todo 👀
Todo es empezar, probar, descubrir y experimentar.
¿Te animas?
Si necesitas ayuda, no lo dudes, estoy aquí para acompañarte. En estos tiempos atiendo también de manera online.
¡Ahora puede ser un gran momento!
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